Lo más importante es disfrutar la vida mientras podamos, porque andamos por ahí una sola vez y cuando se acabó, se acabó. W.A.

domingo, 10 de mayo de 2009




Ella siempre nos mantuvo ocupados, no quería que fuésemos niños vagos y desatendidos. En la escuela siempre llevábamos actividades extracurriculares y desde el Maternal, nos colocaba en cuanto festival se organizaba. Era una mujer ocupada, además de la casa, tenía un negocio que mantener y un marido al cual atender cuando se apareciera, pues él entre la política y los viajes, siempre estuvo ausente.

Mis primeras clases de baile fueron de danza Hawaiana, se lo agradezco, pero diez años después ella seguro estaba arrepentida de haberme acercado a esto, que para mi se convirtió en pasión. Por las mismas fechas me obligó a llevar clases de natación y recuerdo perfectamente el pavor y el llanto desesperado que se apoderaban de mi cuando saltaba a la alberca. A esa edad aprendí a competir, me obligué a ganar.

Ma siempre nos preparó para ser los mejores y antes de cada competencia, entre consejo conmovedor y ultimátum de mujer decidida, sus últimas palabras siempre fueron: Tienes que ganar. Así me hice de medalla de oro en natación, ganándoles a personitas mayores que yo, del trono de un concurso de belleza infantil y campeonatos de escolta en la primaria (en aquel año fuimos las mejores del estado). Mis hermanos fueron campeones estatales de Tae Kwon Do y mi hermana la segunda mejor en conocimiento a nivel estatal cuando cursaba primaria.

Ma me heredó el gusto por hacer bien las cosas, por esforzarme al conseguir lo que quiero y lo mejor de todo, a cuidar de las personas que aprecio. Igualito a como ella nos ha cuidado y deseado lo mejor, siempre. Como aquella vez que saliendo de clases de natación me estrelló en un poste de luz, porque el transporte nos esperaba en la esquina y teníamos que correr para alcanzarlo, me miró con la cara llena de sangre y sólo dijo: apúrate que nos deja la combi… O cuando mi hermana estaba castigada y mi padre la dejó salir a patinar, Ma le advirtió: No vayas a regresar aquí con las rodillas rotas, y horas después mi hermana subía las escaleras con una rodilla ensangrentada y a la fecha, la cicatriz hace majestuosa alegoría.

Ella hizo todos mis trajes para comparsa en Jardín, me vio en un cuadro de ballet clásico a los 7años y a los 8 pasar a la danza folclórica, para que 4años después, su hija bailara ante cerca de 10mil personas en la Feria del estado. En los años subsecuentes, en las ferias estatales siempre estuvo, pero cuando decidí no seguir más con la danza, faltó.

Cuando eres parte de un grupo, siempre luchas por un solista y para la última presentación de su hija, en el escenario más importante del estado, sin previo aviso, lo tuvo. Ma no estaba, era la última vez que tendría oportunidad de verme bailar y no estuvo. Ni los hermanos, ni los amigos. Estuve sola. Con mi solo en el Teatro más importante de Tabasco. Fue ahí cuando reconocí lo grande que ella me había hecho, lo importante que fue aprender a ganar.

Ma no siempre está conmigo desde que los sobrinos  llegaron, ha tocado compartirla, pero sabe que siempre la tendré presente y que la conexión que hemos creado a través de los años solas, no se romperá por países de distancia que tengamos.

Le llamé y supe que no estaba bien, ella queriendo mi bienestar dijo que sólo era una gripe. Había sufrido un infarto y estaba en el hospital cuando recibió mi llamada. Yo hubiese hecho lo mismo, aunque en el fondo, ella siempre sabrá cuando estoy y cuando no me encuentro bien.

Ma da la peor receta para bajar de peso con una enorme sonrisa y un humor del cual ahora puede presumir: Enférmate del corazón.

 

Ella es una gigante invencible de 1.45 y seguirá viviendo agradecida con Dios, hasta el último minuto. Yo le agradeceré a la vida por designarla como mi compañera de viaje y mi instructora de vida  

6 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Madre solo hay una.

NTQVCA dijo...

Que bien todos los buenos recuerdos que tienes. La foto me encantó.

*CaleidOscópica dijo...

me hiciste chillar.

un abrazo de mi parte

Hugo Reynaga dijo...

¡Chillar es para viejas!
Y como yo aún soy jóvena, pos no chillo.
ñ__ñ
Nomás digo "¡Ay qué lindo".
Tu mamá me cae bien porque a veces es medio culeris.
:P

CállateTú dijo...

¡Bonito!

Eva María Ashanti Zaragoza Marín dijo...

que lindoooo... no lo habia visto.
Es que mi regalo hacia mi madre fue despegarme de la compu y pasar todooooo el día con ella, hasta nos mojamos en la primer lluvia de mayo :D