Lo más importante es disfrutar la vida mientras podamos, porque andamos por ahí una sola vez y cuando se acabó, se acabó. W.A.

miércoles, 25 de junio de 2008

Sigue lloviendo...


Ah cómo llueve ultimamente, si hasta parece que no’mas sale uno a que se le mojen los zapatos (si no es que se ha decidido mejor llevar un par de sandalias para mitigar el calorcito, peor).


Con una nada insistinte invitación, salí ayer de mi casa por un par de calcetas que no pagué y tomamos un taxi directitos a ver a Eugenia León. Con el temor de que siguiera lloviendo y cancelaran como cuando Regina, nos dirigimos a nuestros respectivos lugares. Incómodos, pero bien ubicados.


Una gran voz envuelta en un cuerpo chaparro y de cara extraña dio la primera llamada para la función que iniciaría con la Orquesta Sinfónica de la Cd. De Villahermosa… sin esperar las siguientes dos, el espectáculo inició, con Blancas mariposas, casi por omisión. Villahermosa a ritmo de danzón hizo que mi cuerpo intentara pararse a bailar, pero no hubo con quien…


-Si supieras bailar, nos parábamos aquí a bailar danzón.
-Sí, aquí enfrente de todos, como en Hombre mirando al sur.
-Ja! Sí, pero no sabes bailar.


Una que otra pieza y nos cambiaron a Eugenia por Vica Andrade, “asco”.


Discretos pero decididos esperamos una pieza más de la orquesta y salimos del lugar. A cenar.


Poco dinero, pero mucho a fin de cuentas, fuimos donde los teolotitos y acompañando mis canelones y sus molletitos, una rica jarra de limonada. Estafa. Ya había tenido “la naranja más cara de mi vida” ($4.00), pero esto no tenía madre. Al ver la cuenta reparé, esperando que fuese ilusión, en los $80.00 de la jarra de limonada que ni siquiera nos habíamos terminado.


-¿La pedimos para llevar?


Dijimos al unisono mirando la limonada y mirándonos a la vez. Imposible de hacer. Pero es que había costado más que lo que nos habíamos tragado. Consternación total y a pagar. Ya qué!


Salimos a “hacer tiempo” y una llamada advertía un asunto urgente que tratar en mi casa, al llegar y antes de siquiera entrar (pues quien vive conmigo estaba aterrada afuera de ella), con mirada de desesperación dijo: Hay una rata en la caja. No sé tú, pero yo no voy a dormir aquí. Y me fui… a menos de cincuenta pasos (nunca los he contado, pero no creo que sean más).


Hoy desperté, regresé a mi casa y teniendo a Lola entre mis manos, observo la intensa luz del sol y las caprichosas gotas de lluvia que inauguran la mañana… ah cómo llueve ultimamente, que bueno que ya estoy en casa.



Bueno, no... esto lo escribí en la mañana y ahora estoy de nuevo con los tecolotitos.

4 comentarios:

Hugo Reynaga dijo...

¿Y por qué regresas a los tecolotitos?
¡Ah! Ya sé... fuiste a buscar lo que quedó de limonada.

Qué onda... ¿hoy vas a celsear?
:S

Anónimo dijo...

dulce dice:

llueve tanto que no sabes si cuando sale el sol es porque esta anunciando la llegada de la proxima llovizna o tormenta que viene, lo que me gustaria saber es porque nos engaña de esa manera(el sol)no se vale, como dijiste te pones chanclas para salir y resulta que al rato ya esta lloviendo a torrentes y te mojas toooooooooooodos los pies y te empapas de agua de calle y al rato muy campante como si nada que sale el señor sol!!!!, osea de que se trata todo esto?
pero bueno amigoxa, sip aaaaaaaaaah como llueve en estos dias!!!xD

Efímera dijo...

¿Vica Andrade canta?

Perséfone dijo...

Me encanta la lluvia. Es tan romántica...

Aquí hace un calor infernal, a pesar de que también llovió muchísimo antes de la llegada del verano.

Un abrazo.